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Mes: octubre 2017

La feria del libro

Me encantan las ferias, y no hablo de las ferias de cacharritos, de norias y coches de choque, de globos de colores y de algodón de azúcar, hablo de las ferias de libros, de menajes, de antigüedades, de suministros de oficina, de coches, de jardinería…Procuro no perderme ninguna ya que disfruto como un niño con un balón.

No sé de donde me sale esta pasión por las ferias pero lo tengo, la verdad es que creo que me surgió siendo pequeña, acompañaba a mi madre a las ferias de jardinería, en ellas se enseñaban las clases de plantas que se habían conseguido mediante injertos, se hablaba de las especies que más se vendían y de cuales aguantaban más los hielos.

También íbamos con papá a las de informática y material de oficina, en ellas se exponían las novedades en informática, imaginaos que esto es de los años entre el dos mil y el dos mil cinco así que todavía estábamos un poco pez en cuanto a tecnologías y a informática. Los materiales que se ofrecían y se ofertaban eran de los más variopintos, había maquinarias como fotocopiadoras o impresoras, también mobiliario y mil detalles más que sin duda hará más cómoda la vida de un trabajador de oficina.

La verdad es que esto me ha hecho crear una especie de dependencia con respecto a las ferias y en el momento que sé que se va a celebrar una allá que voy, la última en la que he estado a sido una para novios, había de todo, desde trajes de novio y novia hasta empresas de catering, joyerías, floristerías y agencias de viajes, yo ni tengo novia ni la busco pero una feria es una feria, así que me colgué del brazo a mi mejor amiga y allí que nos presentamos los dos, fue divertido aparentar que éramos pareja, nos echamos unas buenas risas llamándonos cariño y amor de mi vida.

La verdad es que son sitios muy interesantes y se puede aprender mucho, en las ferias del automóvil aprendo de circuitos y de coches de última generación, en las de tecnología me pongo al día de los últimos avances y en las ferias del vino me pongo hasta arriba de catas y de vinos de la región. No me importa hacer unos cuantos kilómetros si voy a poder disfrutar de una buena feria, siempre dispuesto a pasarlo bien.

¿Qué diferencia hay entre utilizar un producto blanqueador de la farmacia y someterme a un blanqueamiento dental en Valencia?

Con tantos productos de venta libre que nos prometen blanquear nuestros dientes casi como por arte de magia, cualquiera puede pensar en que no vale la pena gastar una suma mayor para someterse a un blanqueamiento en el consultorio de odontología. La cuestión aquí, es que las cosas son más complicadas de lo que parecen, y tomar la decisión de sustituir el tratamiento profesional con un producto comercial no es la decisión más sabia. Enseguida te explicaremos las razones.

La función de los productos de venta libre

Los dentífricos, geles y tratamientos sin receta que se encuentran en farmacias y centros comerciales, sirven para realizar una limpieza más profunda que la habitual. Son útiles pues, para eliminar acumulaciones temporales de residuos, para remover el sarro que no se ha solidificado y en última instancia, para mejorar la coloración general devolviendo las piezas a su tono original. Esto quiere decir que no se encargan de blanquear en sí, sino más bien, de contribuir a la higiene regular. Con esta mejora en la rutina diaria, muchos pacientes pueden cambiar de manera importante la apariencia de manchas y amarillamiento producido por la higiene poco esmerada.

¿Qué hay del blanqueamiento real?

Si lo que quieres es eliminar manchas incrustadas o amarillamiento severo, lo que necesitas es someterte a un tratamiento profesional, ya que esta es la única alternativa que existe para aclarar tus dientes varios tonos. Recuerda que muy difícilmente encontrarás productos comerciales que sean capaces de hacer esto, ya que, por la potencia y el uso delicado de sus fórmulas, la gran mayoría se encuentra regulada y no se vende individualmente para el uso doméstico. Si por alguna extraña razón llegas a encontrar un producto de estos, lo mejor es que no te arriesgues a probarlo, ya que podrías dañar tu dentadura de manera seria e irreversible.

No te hagas la cabeza un ovillo

Uno de los mejores tratamientos blanqueamiento dental en Valencia es el que proporciona la Clínica Muller, pues es rápido, amable con tu bolsillo y lo mejor de todo: Es seguro y completamente eficaz. Gracias a la tecnología con luz regulable, tus dientes se pueden blanquear varios tonos sin riesgo alguno, ya que cada pieza se trata a profundidad sin estimular el nervio ni mucho menos, afectar el esmalte o la dentina. La aplicación de este sistema quizá te tomará un poco más de tiempo del que se requiere para cepillarte con un dentífrico especial, pero los resultados que obtendrás no tienen comparación. Pide hoy una cita con Muller y comprueba la diferencia.

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Seguir las normas de circulacion

No es ningún secreto que cada vez lo hacemos mejor al volante, la verdad es que es un consuelo saber que aunque no son cifras para dar saltos, cada vez provocamos y tenemos menos accidentes de circulación. La verdad es que creo que es algo que a todos nos gusta escucha en el telediario, mientras  cenamos en familia un día cualquiera, la señorita que da las noticias nos dice que este mes ha habido algunos accidentes menos.

Y es que hacer las cosas bien tienen muchas satisfacciones, controlar la velocidad, utilizar los cinturones, respetar las normas y las señales como ceder el paso o realizar una parada cuando es necesario puede salvar tu vida y la de los demás.

La mejor manera de ver los efectos de un accidente es la de visitar por ejemplo un desguace, en el siguiente enlace podrás encontrar algunos de los estragos que hacen los accidentes en los coches ya que aquí es a donde llevan los coches siniestrados con el fin de dar otra oportunidad a las piezas que pueden ser recicladas, una manera de usar piezas de segunda mano en otros coches con la garantía de que son piezas garantizadas ya que van revisadas por profesionales.

A mí siempre me ha dado mucho miedo la carretera, más que miedo lo que me da es respeto, saber que vamos en una máquina que en la que por una imprudencia o una negligencia de otra persona podemos perder la vida, y no solo nosotros sino todos los que nos acompañan o van en otros vehículos. Debe de ser muy difícil de superar el haber tenido un accidente en el que haya habido víctimas mortales, saberse culpable de la muerte de alguien, o de las secuelas que puedan causar tus actos, provocar un accidente por encender un cigarrillo o por cambiar de emisora o un simple despiste pude cambiar radicalmente la vida de los que te rodean y la tuya propia.

En la carretera con los cinco sentidos, sin distracciones, sin excusas, descansando bien y estando atento a todo. No te la juegues por nada, respeta las normas, las señales y los avisos, se prudente, no cometas un acto que puede pasar una factura demasiado elevada, se consciente de que vas en un vehículo y respeta a los demás, su vida y la tuya, la de todos, es lo único que tenemos.

Cuando se nota la calidad

No sé si os habrá pasado alguna vez, cuando he viajado y he tenido que pernoctar en un hotel casi siempre y dependiendo del hotel claro está pienso donde podré comprar toallas de hotel tan suaves, tan nuevas, tan blancas…Yo nunca he conseguido ese tacto en las toallas de casa, nos e si tendrá que ver en la calidad de las toallas, en la manera de lavarlas o en el detergente o suavizante que se utiliza, sea cual sea el secreto me encantaría saberlo. No en vano la gente se lleva las toallas de los hoteles, no es porque no tengan en su casa, ni por que sean cleptómanos, es porque se quedan embelesados con la suavidad de los tejidos y es casi imposible no meterla en la maleta.

Bromas aparte, es cierto que creo que las toallas de los hoteles son maravillosas, y recalco lo anteriormente dicho, de algunos hoteles, porque no en todos las toallas son mulliditas y con buen aroma, recuerdo un hotel en un viaje que hice a la India, el hotel no era un cinco estrellas pero tampoco una pensión, no estaba mal del todo, las habitaciones eran amplias y las instalaciones no estaban mal, pero dejaba mucho que desear la calidad de los productos, no había botecitos de gel y champú, mucho menos gorro de ducha o pañuelos de papel, las sabanas no eran tan suaves como debieran y qué decir de las toallas…

También debo decir que he estado en pensiones con unas comodidades dignas de un hotel cinco estrellas, por la atención, la limpieza y por los pequeños detalles. Flores frescas en un jarrón, las toallas mas esponjosas que jamás había visto y las sabanas más suaves del mundo, sin duda uno de los mejores sitios que he visitado y lo mejor de todo es que no era ni por asomo uno de los más caros. Parece mentira que en el lugar en el que menos te lo esperas y en el que menos te gastas es en el que más cómodo has estado y más a gusto te has sentido, como debe de ser, sentirse como en casa, allí lo conseguí.

Así que he llegado a la conclusión de que no hay que dejarse llevar por la cantidad de estrellas que tiene un sitio, si no por la cantidad de comentarios favorables, comentarios de la gente que vivió la misma experiencia que vas a vivir tu y que amablemente la cuentan para que sepamos donde vamos.

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