En plenas vacaciones los niños se aburren, es inevitable son demasiados días y al final por mucho que nosotros lo queramos evitar se acaban aburriendo como ostras sin saber muy bien qué hacer. Los primeros días cuando dan vacaciones es diferente esos días los pillan con muchas ganas y creo que hasta les falta tiempo para hacer todo lo que les gusta, pero según van pasando los días las mamás nos vamos dando cuenta que esas pilas recargadas ya van llegando al final y necesitan otra vez de su rutina para no dar lugar aburrirse. Aunque no lo creamos el verano da para mucho, es verdad que se pasa enseguida, pero con los niños en casa os aseguro que los días son mucho más largos, los días que no hay playa o piscina hay que inventar cualquier cosa para pode entretenerlos y desde luego no estoy a favor que sea ni de videojuegos ni consolas, ni teléfonos móviles. Vamos a ver no digo que se restrinjan digo que deben ser utilizados con moderación poniendo límites y haciéndoles ver que no deben estar todo el día con ellos, entre otras cosas porque no es un beneficio para ellos.

Los días hay que programarlos, y si hoy nos ha tocado jugar un rato a la videoconsola,  mañana será un rato de actividades de juegos de mesa, o de manualidades que a los pequeños les gusta mucho. Yo no suelo culpar a los niños cuando no quieren más que jugar a los videojuegos, culpo a los padres, ya que somos nosotros los que muchas veces no queremos pasar un rato con ellos jugando al juego de mesa que tanto les gusta, somos nosotros los que preferimos muchas veces estar de relax con el móvil que entreteniéndolos para que no den jaleo. Y fijaos que para más información lo que debemos hacer es acercarnos a una papelería y elegir un paquete de folios y unas ceras de colores duras y blandas que el contraste a los niños les suele gustar mucho, y darnos cuenta que todo es mucho más sencillo de lo que nosotros lo planteamos, de la mano de este material podemos hacer que despierten su imaginación haciéndoles ver que los abuelos y primos se pondrán muy contentos cuando vean los dibujos tan bonitos que les han hecho. Una manera fácil de tenerlos entretenidos y de ver como las horas del reloj pasan un poco más deprisa.